Los seres humanos se comportan según el cuerpo de creencias que se hayan conformado acerca del mundo y a su vez, los comportamientos retroalimentan los cuerpos de creencias. Lo que debemos comprender es que el mundo en general posee una serie de problemas que no han sido solucionados por las grandes ideologías políticas, por las religiones e incluso los sistemas filosóficos académicos. Muchos de ellos entregan rimbomantes explicaciones metafísicas, de dudosa consistencia teórica, enajenando al ser humano de una naturaleza mucho más simple y sencilla. Estos cuerpos de creencias redundan entonces en comportamientos humanos dependiendo de los factores sociales, individuales, sicológicos, etc dónde se instalen.
El mundo actual posee una serie de problemas gravísimos que en otros espacios hemos constatado, violencia, injusticia social, deterioro mediomabiental, etc. Muchos de ellos nacen de cuerpos de creencias viciados. Por ende los problemas que hoy sufre el ser humano y que impactan al conjunto de la vida del planeta, pueden ser solucionados a partir de una comprensión del ser humano, sus problemas históricos y una propuesta ética consistente que conlleven a una práctica sana y consecuente.
El mundo actual posee una serie de problemas gravísimos que en otros espacios hemos constatado, violencia, injusticia social, deterioro mediomabiental, etc. Muchos de ellos nacen de cuerpos de creencias viciados. Por ende los problemas que hoy sufre el ser humano y que impactan al conjunto de la vida del planeta, pueden ser solucionados a partir de una comprensión del ser humano, sus problemas históricos y una propuesta ética consistente que conlleven a una práctica sana y consecuente.
Con respecto al ser humano pensamos que los homínidos fueron especies animales que reunían ciertas características fisiológicas que les permitieron el posterior desarrollo de una conciencia. La forma y posición de su pulgar que le permitirán construir herramientas; la forma y músculos faciales con los que podían tener una mejor comunicación social y el tamaño de sus dientes que no le permitían cazar directamente y rasgar alimentos importantes en su dieta, lo llevaron a emprender el camino de su adaptación al medio.
Un primer paso importante fue el desarrollo del bipedalismo, fundamental para generar una mirada más amplia del entorno (distinta al resto de los otros animales) que le permitiera protegerse mejor y un desplazamiento más rápido por amplias zonas para la recolección. Las manos libres gracias al bipedalismo y la característica fisiológica del pulgar (tómese en cuenta la amplia capacidad de funciones que puede desarrollar la mano humana) permitieron la construcción de herramientas, que como ya se mencionó más arriba, permitió que estos seres pudieran utilizar la imaginación, ya no solo viendo objetos concretos sino posibles usos en ellos, constituyendo progresivamente abstracciones mentales más complejas y sofisticadas. Los progresos en el desarrollo de estos instrumentos y los éxitos que permitieron en la caza y la recolección, contribuyeron directamente a mejorar la nutrición, repercutiendo en sujetos más fuertes. Ambos elementos conformaron adaptaciones más significativas para su resguardo, abrigo, techumbre, armas de proyección que ayudaron a una mejor sobrevivencia.
Estos homínidos a falta de otras características fisiológicas puntuales que gozan las otras especies animales, fuerza muscular, rapidez, vuelo, capacidad anfibia, corazas, etc. desarrollaron dos características que, a pesar otros animales lo tienen en menor grado, lo particularizan del conjunto de los otros seres.
Primero su excepcional capacidad adaptativa. El ser humano en su necesidad de sobrevivir y siendo especialmente débil o más precisamente, un ser no particularizado en su orígen, (no tiene únicamente fuerza, rapidez, vuelo, etc) lo llevó a impulsar la resolución de problemas. Por ello el ser humano, desde su origen, es prácticamente la única especie animal capaz de sobrevivir en los más distintos medios geográficos y resolver problemáticas de todo tipo utilizando la adaptación.
Segundo y dada nuevamente su debilidad de base, lo llevó a conformar una alta capacidad organizativa. Esta sociabilidad se permitió gracias a la constitución facial, que le permitía expresar emociones y poder comprender las de otros con una simple postura de las cejas o la boca. La cantidad de músculos en el rostro de estos homínidos son excepcionalmente útiles para la comunicación no verbal. Hasta hoy este tipo de comunicaciones tiene mayor grado de veracidad para los participantes de la transmisión de información que el lenguaje verbal. Además hasta hoy, la importancia del rostro humano se comprueba en la capacidad pareidólica que le hacer ver rostros donde no los hay.
El desarrollo del cerebro, como consecuencia directa de la mejor capacidad alimenticia, de la sofisticación de las herramientas, la adaptación y la sociabilización le llevó a conformar lentamente, a través de onomatopeyas un primigenio lenguaje. Esa capacidad de comunicar evolucionó en la creación de símbolos que pudieran plasmar, los primeros conceptos que conformaban procesos internos, pero a la vez compartidos con el resto del grupo. El arte rupestre de las distintas cuevas de Europa, como las estatuillas de fertilidad nos hablan de un primer intento, bastante logrado de comprensión de mundo.
El ser humano, se enfrentó prontamente a un hito que sería fundamental en el posterior desarrollo de la civilización humana: la comprensión de la muerte, la finitud del cuerpo físico. Los primeros entierros nos hablan de un pavor ante este episodio. Estos episodios podían resultar usualmente violentos, ya que no se tenían las capacidades médicas de hoy para que algunos seres humanos pudieran fallecer plácidamente en sus lechos. La muerte en aquel entonces puede haber sido traumática. Cuerpos despedazados por la caza de otros animales, accidentes, cansancio extremo, enfermedades desconocidas y por ende, la capacidad del ser humano para comprender que él podría ser el próximo integrante de aquella destrucción.
Los primeros entierros no solo nos hablan de una necesidad higiénica para evitar infecciones dada la natural descomposición del cuerpo, sino evitar justamente aquello, la visión del desmembramiento. El ser humano, comprendió la muerte como un completo final, o quizás, como aun se investiga como el paso a una verdadera existencia en un más allá. Ese temor fue el paso fundamental para la constitución de la civilización, pues "el ser humano para pretender protegerse, creo así ciudades, normas, mercados, ejércitos, religiones y estados" (12).
Si bien claramente se acepta que el gran paso a la civilización fue la revolución agrícola permitiendo el sedentarismo, hoy no son pocos los investigadores que postulan que el proceso fue inverso. Grandes centros religiosos tenían que sustentarse con tierras agrícolas adyacentes. Independiente de lo que se postule, la sobrevivencia impulsó la agricultura, hecho que tras un desarrollo de la conciencia impulsado durante siglos traía impreso el trauma de la muerte en la experiencia existencial del ser humano. Agricultura y religión traen inherentemente la carga de la muerte en su proceso de desarrollo.
El ser humano ya había nacido, cuando la conciencia vino como un comprenderse-en-el-mundo, es el homo sapiens. De ahí que toda conciencia se base principalmente en un proceso de comprensión e interpretación de la realidad a partir de lo que se percibe. Un esquema simplificado de los procesos cognitivos, nos ilustran que toda conciencia es sino un proceso de interpretación del mundo teniendo como marco nuestros limites sensitivos.
Lo interesante en el ser humano, sería constatar que la interpretación que haga del mundo, le lleva a conformar su cultura, elemento decisivo en la diferenciación de este con el resto de las especies animales. Si comprendemos que la cultura son todas las expresiones del ser humano, estas nacen justamente de un proceso cociente y social de interpretación de la realidad circundante. La misma realidad, sería sino un constructo de la conciencia, a pesar que lo real siga existiendo más allá de la existencia humana. Para facilitar esta diferenciación llamaremos mundo a la interpretación y construcción que haga el ser humano de la realidad circundante (lo fenoménico) y realidad a aquello que está más allá de su existencia y es invariable de su interpretación, incomprensible por el ser humano dada sus limitaciones sensitivas (noumeno*).
Por eso, normas, conductas, arte, religión, valores, deporte, política, sexualidad son sino construcciones que dependen de la interpretación social que se haga de la realidad, en un momento histórico, conformando un mundo.
No obstante, como el ser humano comprendió la existencia desde el temor a la muerte, conformó culturas que en su mayoría lo llevaron a constituir sociedades que fomentaron el egoísmo. El temor a la muerte y el miedo en general lo condujeron al sufrimiento y este a la violencia, paso decisivo para el egoísmo. "La historia se convirtió así en la lucha egoísta por sobrevivir"(12).
Si bien muchos pueden argumentar que los procesos civilizatorios y de conformación de ciudades dieron a los seres humanos la innegable posibilidad de perpetuarse y prolongar su existencia, habría que cuestionar si estos elementos fueron tan desicivos para la calidad de vida de todos sus componentes. Todas las grandes civilizaciones fueron jerarquías altamente estructuradas y desiguales. Las estructuras básicas del proceso originario en el desarrollo del ser humano y antes incluso, se resquebrajaban y se transformaron. Unos pocos disfrutaron los beneficios de la civilización y la mayoría, aquellos que no detentaban el poder de las armas o el poder de las explicaciones alienantes que daban las religiones, fueron sometidos a los trabajos que perpetuaran el beneficio de los pocos. Todo lo que podemos llamar mal, nació justamente a partir del egoísmo.
Lo evidente era que la separación no solo se gestaría la interior de las personas y las culturas sino además entre ellas. La historia de la antigüedad es la historia de las guerras. Enormes masas de seres humanos sufrieron las consecuencias de estados con pretensiones expansivas, militarizantes y sanguinarias. Las religiones incluso alimentaron estas visiones, como la visión brahamanica y la religión judía. La historia e incluso la vida se consideró la guerra de todos contra todos.
Ante ese panorama devastador y terrible, en los primeros siglos del desarrollo civilizatorio surgieron voces críticas ante ese proceso devastador. Nuestra filosofía de la unidad, no sé da por una iluminación, sino por la investigación consciente de los procesos humanos que nos lleva a una espiritualidad consistente. Observamos que en esas visiones críticas han surgido los más altos valores que la humanidad puede aspirar, visiones universales que responden a las necesidades de todos los seres humanos en sintonía con la Vida. Investigadores recientes interpretaron ese periodo como la era axial, Karl Jaspers y más tarde Karen Armstrong, observaron que durante el siglo VIII y III (fundamentalmente el V) a.C. estas personas fomentaron una visión de mundo que criticaba completamente el egoísmo imperante en aquellas civilizaciones(**).
Nosotros consideramos que el desarrollo humano ha sido este y no ofrecemos estridentes interpretaciones más aquello que la lógica nos puede entregar. Ante esta evidencia, nos queda demostrar que muchas situaciones terribles, que se han perpetuado a lo largo de la historia humana, pueden tener solución a través de una comprensión del mundo consistente, que lleve a una acción ética cultivada en consecuencia.
Por eso es que nuestra visión, llamada la filosofía de la unidad, desea entregar estos elementos que permitan construir una sociedad más sana, en libertad y solidaridad a partir de sujetos más sanos.
Esta visión ha sido explicada en otros momentos (***), por lo que deseamos evidenciar aquí sus fortalezas sucintamente, a partir de nuestra lectura de los problemas históricos que se han generado en el desarrollo histórico del ser humano.
Esta visión:
1.- Da sentido a la existencia humana. La necesidad de sentido nace de afrontar el hecho indudable de la existencia del sufrimiento, la muerte y el origen del ser. Nosotros creemos que el sentido de la existencia es la búsqueda de la unidad. El ser humano cuando conformó su conciencia ante el miedo a la muerte, en una consecuencia lógica se preguntó por el sentido de la existencia. Los animales no se preguntan por el sentido, ya que su conciencia se encuentra en la unidad, digámoslo así, no tendrían necesidad de esa pregunta. Nosotros fomentamos que cada ser humano descubra su voluntad, aquello que permita su realización, pero que esta sea verdadera, es decir que se encuentra sin tensión con el todo. El sentido de la existencia humana sería entonces buscar la unidad desde la realización de tu voluntad. "Sé UNO en lo que quieras"(13).
2.- Responde a los problemas actuales e históricos de los seres humanos fomentando la solidaridad, la no violencia y la vida sencilla. Nosotros no damos explicaciones rimbombantes de aquello que no podemos tener certeza. Es una visión humilde pues acepta las limitaciones sensitivas del ser humano, pero además es consistente, pues no se basa en reflexiones metafísicas o fantásticas que pueden llevar al ser humano a más alienación. Solo tratamos, rescatando la visión de los maestros universales, de eliminar el egoísmo de la existencia humana, pues no se corresponde a la realidad fenoménica.
3.- No nos sentimos poseedores de una verdad absoluta, sino una comprensión más del mundo. Por ello, si bien podemos ser sujetos críticos a otras visiones de mundo, no nos volvemos fanáticos, excluyentes o defensores violentos de nuestra propia visión, pues no somos dogmáticos. Lo que importa no es lo que se piensa, sino como se comporta. Comprendemos la diversidad de la cultura y además su dinamismo.
4.- Tenemos una visión integral del ser humano que no pretende su perfección, sino su realización personal en comunión con el todo, encontrando ahí la felicidad. Aceptamos y cultivamos todas las dimensiones de su ser: conocimiento, sexualidad, emotividad, razonamiento, lo intuitivo, lo que está más allá de su comprensión, La femeneidad, masculinidad y homosexualidad, etc. Además consideramos valioso igualmente lo que nos rodea, la naturaleza, los animales, la existencia completa.
Esperando que estas reflexiones hayan aportado a vuestros pasos por el crecimiento.
Me despido con un fraternal abrazo
JMS
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* Fenónemo y noumeno son ideas desarrolladas por Kant en Crítica a la razón pura.
**Para más información sobre la era axial leer este at´cuo http://www.revistasomos.cl/2012/05/la-era-axial-sabiduria-antigua-para-la-crisis-de-hoy/
***http://ecceanimaautor.blogspot.com/ Pronto publicaremos más profundizaciones