Sobre la crisis esconómica mundial.

Es inevitable no sentir un halo de incertidumbre, y quizás de temor, después de un año de crisis planetaria, donde por una parte se ha anunciado desde hace dos años un giro climático grave que decantará en un proceso irrevertible de calentamiento sobre todo a partir del año 2010. A esto se ha sumado una crisis económica a escala mayor, tan compleja como la de 1929. Como bien se menciona en muchas partes, el sistema escondía literalmente mentiras y los gurús del Management y el Business que viajaban por el mundo dando consejos (a los países subdesarrollados principalmente), hoy desconcertados solo callan ante algo que sus propias teorías no resistían: Lo frágil de un armatoste que no tiene en cuenta lo realmente social, lo esencialmente humano.

Rescato la irónica pero muy inteligente mirada de The Clinic, que en su versión de recuento del 2008 "un año de mierda" (aconsejo que lo consigan) exhibía a Farkas como uno de los personajes del año, "pero no por el espectáculo que ha brindado, sino por lo que su espectáculo ha dejado aflorar: la mano estirada pidiendo un billete, la carta-rogativa, argumentando dramas que normalmente no se dicen en público, pero que salen a borbotones, ante la posibilidad de que Farkas lo solucione todo" y aun lo que me parece más penoso y sobre todo reflexionando en torno a aquellos que se hacen fan de este tipo, se observa que su acto revela que "se puede llegar a un cargo público o al menos concitar un gran apoyo, regalando dinero. En Chile el poder político y el dinero se toquetean debajo de la mesa; y se puede hacer campaña con programas de empleo, o regalando anteojos o pagando las cuentas; o ser candidato y apostar en la Bolsa, haciendo circular esa extraña idea de que los millonarios no roban (pregúntele a Madoff) o que los millonarios quieren que todos seamos millonarios..." El sistema está mal, muy mal y si logras pasar a Farkas solo como un tipo simpático, donde da lo mismo su lujo y ostentación, déjame decirte que es probable que en este minuto estés endeudado o camino a endeudarte en un sistema que admiras por su inercia. Circulas en la ley de la demanda y la oferta bajo la mirada omnipotente y casi endiosada del Mercado. Piñera, por ejemplo, es más bien la reproducción en la arena de la contingencia política, de las realidades sociales chilenas más profundas, y más amargas, solo basta un par de miradas a la televisión o a los periódicos masivos para comprenderlas. Y las cifras son aún peores. No hay justicia y equidad, son una falacia económica, jurídica, religiosa, educacional, etc.

¿Dónde estás? ¿Qué quieres realmente de esta vida que te ha tocado vivir? ¿No te das cuenta de lo que hay a tu alrededor verdaderamente? Esa pequeña seguridad a la que estás acostumbrado, tiene los pies de barro, y está sustentada en el inmisericorde espíritu de la miseria de millones y el conformismo de las migajas que caen de la mesa de los mismos inmisericordes.

Y el fenómeno Farkas, Piñera o Claro, son un juego de niños en comparación a las desigualdades de los llamados países "desarrollados"... y aun más en relación a nosotros.

El hambre existe en el mundo, los ancianos desamparados o el dolor de jóvenes sin oportunidad no son cifras macroeconómicas que estructuran un gráfico cartesiano simplemente, golpeando con fe y orgullo, sino soberbia, los laureles en pro de la ciencia y el progreso. Ellos, nosotros, somos corazones humanos que estamos llamados a vivir en dignidad.

Lo paradójico de todo, es que solo falta la buena voluntad de las personas para revertir la situación. Sinceramente, y valga como arquetipo, no sé de qué sirve que el Papa Benedicto XVI se pare en su balcón de La Basílica de San Pedro pidiendo que termine la guerra o los países conformen políticas de igualdad. Ese gesto es tan equiparable, y de muy mala voluntad, cuando los sacerdotes salen a hablar de suelo ético y prohíben la píldora del día después a las mujeres con menos recursos, en el argumento de defender la vida (¿y quién rompe entonces el círculo de la pobreza?). Lo que llamamos pecado, va obviamente por otro lado.

Ahora, a las puertas de la crisis económica, y con todo lo que me ha tocado vivir, que es nada frente a los que han perdido todo, recuerdo vivamente las palabras de Salvador Allende, que decía:

"Este es un tiempo inverosímil, que provee los medios materiales de realizar las utopías más generosas del pasado. Solo nos impide lograrlo el peso de una herencia de codicias, de miedos y de tradiciones institucionales obsoletas. Entre nuestra época y la del hombre liberado en escala planetaria, lo que media es superar esta tendencia. Solo así se podrá convocar a los hombres a reedificarse no como productos de un pasado de esclavitud y explotación, sino como realización consciente de sus más nobles potencialidades".

Creo que si esta crisis, no desata una crisis en el espíritu de los seres humanos, estaremos como civilización, como desarrollo histórico a las puertas de la desaparición total. Toda crisis es cambio y momento de aprendizaje. Las viejas instituciones deben caer definitivamente y ser reemplazadas por unas que respondan, no por los intereses de unos pocos, sino por los interés que laten en lo profundo de las convicciones de miles, fuera de toda codicia, miedo y conservadurismo hipócrita. Más allá de normas morales que solo rezuenan en el eco de los inmisericordes.

A transformar el mundo ahora!!!

El Cuarto Estado (en italiano Il Quarto Stato) obra de Giuseppe Pellizza da Volpedo realizada en el año 1901.La obra, cuyo nombre ya es significativo (con el cuarto estado se refiere al proletariado, aquel grupo que no tiene cabida en los otros estamentos), representa el creciente éxodo rural que llevó a muchos campesinos a las grandes ciudades en busca de un trabajo y para huir de las condiciones precarias de la actividad agraria.

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Publicado El Sábado, 03 de enero de 2009 a las 23:08